Perfil: Jóvenes científicos vuelven a pedir más cargos al Conicet

Ayer por la tarde, un grupo de investigadores y becarios realizó una protesta frente a las puertas del Ministerio de Ciencia y Tecnología, pidiendo “no dejar fuera del sistema público a más de 890 becarios”. Es la segunda vez en el año que jóvenes profesionales se manifiestan pidiendo mayor cupo en el sistema científico público. El conflicto pone la lupa una vez más en la evolución de este sistema, y en cómo y dónde la sociedad incorpora los valiosos recursos humanos formados a lo largo de muchos años, con una alta inversión económica.

El debate en números es tan complejo como un intríngulis científico: para una de las partes en conflicto –la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados–, hoy estarían quedando fuera del sistema de la Carrera de Investigador Científico (CIC) unos 896 becarios. En cambio, desde el Conicet explicaron que “este año están ingresando a la CIC 604 nuevos cargos, el 10% más que el año anterior”. Además, aclaran, de esas supuestas 896 personas que “serían expulsadas”, apenas 330 tenían financiamiento del Conicet al anotarse para entrar a la CIC, y muchos seguirán hasta abril de 2014, “por lo que no se puede hablar de expulsión”.

Por otra parte, fuentes del organismo detallaron que “quienes terminan sus becas no sólo tienen su camino laboral futuro ingresando a la Carrera; también se incorporan al staff de los ministerios, a organismos científicos estatales o entran como docentes en universidades, y de a poco también comienzan a sumarse a empresas privadas, entre otras opciones”.

Para el doctor Roberto Salvarezza, presidente del Conicet, el punto clave es cómo los doctores se insertan en el mercado laboral. “Tenemos un estudio recién hecho sobre la situación laboral de más de mil doctores, a quienes hemos seguido desde 1998 hasta el presente, y hoy apenas el 1% figura como desocupado. El resto está trabajando en organizaciones públicas o privadas”, explicó a PERFIL.

Por su lado, Lucía Maffey, actualmente becaria en el INTA y una de las coordinadoras de Precarizados, le dijo a este diario que “el grupo no piensa que los 896 deberían entrar al Conicet, pero sí que deberían ser incorporados al sistema científico público, a hospitales, a ministerios, etcétera”.

Justamente, Salvarezza respondió a esta demanda afirmando que “la función del Conicet es formar recursos humanos para todo el país y que puedan desempeñarse en cualquier área productiva. Pero no necesariamente deben ingresar en la Carrera de Investigador, adonde sí entra un grupo importante y que es elegido por orden de mérito”. Es que, según el funcionario, “el haber sido becario no implica que todos deban entrar sí o sí a la CIC”.

De todos modos, desde el Conicet aseguraron que están intentando ayudar a quienes finalizan sus becas a entrar en otras organizaciones, para lo que están haciendo relevamientos de las necesidades de personal científico en instituciones públicas. Y también comentaron que iniciaron recientemente un programa dedicado a que el sector privado sume doctores a sus plantillas laborales permanentes, “aunque es cierto que todavía tenemos poca cultura de innovación en la Argentina”.

Hasta ahora, sólo una decena de investigadores trabaja en empresas privadas.

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